miércoles, 21 de diciembre de 2016

Un sistema que fue varias veces descapitalizado y vaciado


  • Clarín
  • 20 Dec 2016
  • Ismael Bermúdez ibermudez@clarin.com
El FMI propone reducir los haberes de las futuras jubilaciones y subir la edad jubilatoria de las mujeres. Pero en la Argentina, como en otros países,
la jubilación real ya es bastante reducida como para reducirla aún más. El sistema, que se financia con contribuciones patronales y aportes del trabajador, fue varias veces descapitalizado y vaciado. Un estudio de 1994 de FIEL reconoció que “en la década de 1950, la acumulación de esos títulos públicos en las ‘Cajas’ de previsión repre
sentaba el 47% del PBI”. ¡Casi la mitad de toda la riqueza que producía el país en un año! Otro trabajo de Oscar Cetrángolo y José L. Machinea (1993) admite que “desafortunadamente, los superávits de los primeros años no lograron financiar los déficits posteriores. La razón debe buscarse en el hecho de que los excedentes fueron colocados en bonos de la Tesorería con un rendimiento del 4% anual, mientras la inflación era entre el 15 y 25% anual.
Se cargó a la Anses con beneficios que no se financian con aportes
Por otro lado, el Tesoro hacía sus aportes como empleador en bonos. Otro factor de deterioro fue la tolerancia del Estado con la evasión y el trabajo no registrado, mientras se
aprobaron jubilaciones de privilegio para jueces, diputados, senadores y concejales. En varias oportunidades se redujeron en forma parcial o total las contribuciones patronales. Así las jubilaciones se degradaron. Luego, con el argumento de la “quiebra” previsional, en 1994 se creó la jubilación privada que generó haberes más redu
cidos, como las rentas vitalicias que aun hoy son menores
a los $ 1.000 mensuales. A partir de 2003, hubo aumentos del mínimo en detrimento del resto de los jubilados. Se puso en marcha la jubilación por moratoria. En 2008 se estatizó el sistema pero se mantuvo la ley de jubilaciones de los 90, que redujo el cálculo de los haberes, y se continuó cargando a la ANSeS el pago de beneficios que no se financian con aportes, como las pensiones no contributivas o los déficits de distintas Cajas.


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