sábado, 26 de noviembre de 2016

“Dediqué 37 años a educar, pero somos el último orejón del tarro”


OTRAS CARTAS. Voces, reclamos y esperas de jubilados    


Encabezo mi carta, pero no con la aseveración propia de los escritos judiciales, sino como un interrogante. Dediqué 37 años de mis 67 a educar. Me jubilé como directora. Desde ese momento cobro la jubilación mínima. “Error de liquidacion”. Inicié juicio a la Anses. La jueza falló a mi favor, dictó sentencia firme, no hubo apelación por la parte demandada. De esta “ilusión” ya transcurrieron años.
El nuevo Gobierno me aportó una luz de esperanza. Pero claro, yo pertenezco a los que ganamos un juicio, yo soy docente, los últimos orejones del tarro. A pesar de mis problemas de salud: una displasia medular bastante severa y una lesión de columna a nivel de vértebras lumbares con posible pronóstico quirúrgico, ¡no bajo los brazos! Mi esposo es diabético, (también percibe la mínima) y tiene una discapacidad visual y motora (con certificado de discapacidad). Sigo trabajando, preparo alumnos para rendir exámenes. ¿Cómo sobrevivir sino? Mi expediente “da vueltas” por la Anses. Según mi abogado “nadie puede tener acceso a él, ni el mismísimo Presidente”. Ahora está en un sector, mañana puede migrar a otro, y yo que cumplí con todos mis aportes en tiempo y forma, que pertenezco a esa generación para quienes la huelga era perder días de clase, que debía ir a trabajar aunque tuviera fiebre, que humildemente le dí a mi país mucho más de le que le dio por ejemplo el ex-vicepresidente, sin embargo él tiene la suerte de que la Anses no se equivocó al hacer su liquidación.
Si al tema salud le sumo el factor bajos ingresos y una obra social (por la que sigo aportando) y es de pésima calidad ... la situación en el último trayecto de este viaje de nuestra vida se hace insostenible. Por eso, decidí hacer pública mi situación. Porque exijo el “será Justicia! ... Porque la vida no espera.
Norma B. Arizcuren
normariz49@hotmail.com

Voces, reclamos y esperas de jubilados
Soy un jubilado de 73 años, y hasta ahora no me preocupó demasiado cumplir con el pago de todos mis impuestos, incluyendo Ganancias, retenido según el recibo de cobro de mi jubilación. Jubilación generada por mis haberes, por los cuales pagué Ganancias previo de los demás descuentos de ley. Pude hacer alguna triquiñuela para reducir los montos imponibles, pero no me pareció ético hacerlo. Para tener un nivel de vida medianamente digno debo además realizar algún tipo de tarea, por la cual pago mis impuestos como monotributista.
Finalmente, todo bien hasta ahora, que es cuando aparece en las noticias la inclusión en el presupuesto de varios millones para el pago de “sueldo” a “señores” en un Parlasur que no funciona. Los congresistas que en su mayoría llegaron allí cobijados en listas sábana, se aumentan el sueldo en forma desproporcionada a la realidad. ¿Qué quisimos muchos argentinos?: un cambio para mejorar la moralidad y ética pública. ¿Cuál fue el resultado?: vivimos peor, nos piden esfuerzos, comprensión, poner el traste y se aumentan haberes en forma desproporcionada a la realidad del país.
Juan Pariani
juanpariani@arnet.com.ar
Tengo más de 91 años y tuve sentencia firme favorable el 25 de junio de 2015. En el mes de diciembre efectuaron el ajuste mensual ordenado por la Justicia, pero en el mes junio del 2016 me lo redujeron en un 15,58%, porque el fallo de la Corte les pareció que estaba mal. Total, no es la primera vez que desconocen los funcionarios de la Anses dichos fallos, a pesar de las manifestaciones hechas por el Presidente en el sentido de respetar a la Justicia. Ahora sigo esperando la liquidación retroactiva, que ya solicité hace tres meses. Al recibirla, seguramente, tendré que recurrir a la Justicia por los indebidos descuentos del Impuesto a las Ganancias, y los descuentos del art. 9 de la Ley 24.463, declarado inconstitucional por la Justicia, que mensualmente me descuentan.
José Gyssels
info@paradaobiol.com.ar

Soy trabajadora social, trabajé en la Dirección General de Escuelas y Cultura de la provincia de Buenos Aires desde 1971 a 2014. Tuve dos cargos titulares de orientadora social. En el 2005 inicié mi trámite jubilatorio, presentado en marzo 2006. En el 2009 (junio) logré el beneficio. Inmediatamente (en octubre) presenté los requisitos necesarios para el reajuste (jubilación de segundo cargo) a cierre de cómputos. En febrero de 2014 me notifiqué que el primero de marzo disfrutaba de mi ansiada y merecida vida de jubilada. ¡Qué error! ¡Qué horror! Ingresé por segunda vez a la cámara de tortura: nunca cobré el reajuste, lo cobra otra orientadora social llamada Ana María Ferro, con distinto DNI. Después de idas y venidas por diferentes oficinas del IPS, reclamos, notas, pronto despacho, abogados de por medio, al momento de escribir esta carta, aún no cobro. El tiempo administrativo del IPS sigue su ritmo. La primera vez que ingresé a la cámara de tortura fue en el 2013; por una nota me enteré que por mala liquidación, adeudo $ 80.000; desde marzo de ese año cobro el 20% menos de mi magro sueldo. Recién en el 2015, por carta me notifican que el descuento es legítimo. Hace un año (cronológico) que empleados del IPS matan mis sueños, ahogan proyectos, quitan años (de 365 días) a mi vida que jamás recuperaré. Si esto no es una tortura, que alguien me explique qué es.
Es doloroso y cruel. ¿Cuánto tiempo debo esperar? ¿Cuánto tiempo de vida tengo? Pero ya encontré un consuelo: me caso con una persona joven, mucho más joven que yo, con un hijo discapacitado. Así el IPS, pagará por años y años a otras personas que quiera lo que me pertenece y yo no puedo disfrutar. Esta decisión no evita sufrir la crueldad de la tortura. Quiero dejar en claro que en estos años encontré gente correcta y atenta que me abrió caminos y me dio esperando. Apelo a ella para que modifiquen el tiempo administrativo. La tortura es muy cruel.
Ana María Ferro
marialauraskodni@hotmail.con

El gobierno de Cristina Kirchner vetó el 82% móvil por considerar que se produciría la “quiebra de la Anses”. En 2016 el Gobierno habla de “actualización” de haberes jubilatorios y establece una normativa que en lugar del 450% otorga el 170% de lo cual el 50% es al contado y el resto en 3 años, situación anómala que hace sentirme estafado. Tengo 81 años de edad, con dos ablaciones cardíacas por arritmias que luego de 7 años de juicio contra la Anses y tres años de sentencia firme, sólo me queda esperar la muerte sin la adecuada remuneración por mis aportes de 50 años de trabajo en relación de dependencia. Además, me descuentan por Ley 24.463, art. 9 más el Impuesto a Ganancias, ambos anticonstitucionales. Cobran impuestos sin devolución de servicios, (educación, seguridad, salud etc.) Transcurrieron 12 años con mal trato y accionar corrupto, y ahora 11 meses sin que las nuevas autoridades reconozcan nuestros auténticos derechos y necesidades. Además, para la Reparación Histórica, exigen gestión de abogado del Estado de un listado inexistente; ¿acaso pretenden que paguemos los honorarios ? Somos una población de 6.500.000 jubilados y pensionados que se reflejarán como votos para las próximas elecciones. Como ciudadano argentino, exijo la revisión de las disposiciones por considerarlas defraudatorias.
Néstor Sciarrotta
noscia@hotmail.com

En febrero del 2008 inicié juicio a la Anses basado en la doctrina Badaro. Luego de varios años obtuve sentencia favorable en primera instancia, que fue ratificada por Cámara en noviembre del año pasado. El 15 de diciembre, vale decir a los 5 días de asumidas las nuevas autoridades, la Anses presentó un recurso extraordinario que actuó como una nueva apelación, que fue desechada por Cámara en marzo de este año. Vale decir que está superado con exceso el plazo legal establecido para la efectivización de la sentencia sin que se haya dado cumplimiento a la misma. Deseo aclarar que he votado por Cambiemos y que, mientras no aparezca en el escenario político ninguna idea superadora, seguiré votándolo. No obstante siento que, en alguna medida, he sido defraudado toda vez que no he logrado que se dé cumplimiento a los legítimos derechos que me corresponden luego de casi 50 años de aportes, reconocidos por AFIP, tanto míos como de mis empleadores, con documentación presentada al momento de iniciar el trámite de jubilación. Aclaro que en enero próximo habré de cumplir 84 años por lo que se supone que debiera tener trato preferencial por ser mayor a 80 años como tantas veces lo ha pregonado el Instituto previsional.
Héctor Bramante
zulehec@hotmail.com

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